Recuerdo tener miedo de salir del departamento.
Sentía que alguien allá arriba se había quedado dormido en su guardia.
Y ¿cómo contarle al mundo lo que pasó aquí?
¿Y quién creerá en las atrocidades cuando intentemos explicarlo?
Como huérfanos, recuerdo a mi hermano preguntando dónde está Dios,
y yo pregunté ¿Y quién se preocupa siquiera por los soldados?
Recuerdo que donamos ropa y comida.
No había ni izquierda ni derecha.
Llamo a papá, pero no responde.
En el dolor es tan difícil creer
que haya un Dios en los cementerios.
Somos los hijos del invierno del 23.
Con compasión quemaron su casa.
Y con moral le cortaron la cabeza.
Con profundo dolor y una pena terrible
de repente, nuestros dirigentes dejaron de hablar.
Arruinaron mi Shabat y el Mashíaj está atrasado.
Recuerdo que apostábamos sobre cuándo terminaría todo.

Quiero hablar con papá
sobre todo lo que pasó hoy.
Me siento solo otra vez.
Papá, hazme un lugar...
¿Alguien me escucha allá arriba?
¿Habrá alguien, en algún lugar,
que se quede conmigo para siempre?
¿Alguien que cumpla mi sueño?

Rey del universo, hablando sinceramente,
a veces no tengo ganas de vivir aquí.
Dime, ¿cuál es mi propósito?
Porque esto es una puta pesadilla de verdad.
No lo entiendo... ¿querías darme una lección?
¿Querías decirme lo que está permitido y lo que no?
¿Qué? ¿Te dolió todo lo que pasó en Yom Kipur?
Pero yo no soy culpable, y ciertamente la mayoría de nosotros tampoco.
Te juro que nuestros corazones son buenos, papá.
Vi de cerca a la chica que no podía entender
por qué le quitaste a su hermano y a su madre.
Me senté con los chicos en el pasto,
y me sorprende que hayan podido hablar.
Pero nadie allí buscaba acción.
Papá, todos ellos perdieron a un amigo.
Dicen que eres un Dios misericordioso y bondadoso,
Paciente y abundante en gracia.

Así que ven y ayúdame a salir de la desesperación, el odio y la tristeza.
Dicen que llegará la redención, pero todo lo que veo es destrucción.
Así que por favor, háblame, papá, antes de que también me lleves a mí.

Quiero hablar con papá
sobre todo lo que pasó hoy.
Me siento solo otra vez.
Papá, hazme un lugar...
¿Alguien me escucha allá arriba?
¿Habrá alguien, en algún lugar,
que se quede conmigo para siempre?
¿Alguien que cumpla mi sueño?

Inclinamos la cabeza y nos quitamos los sombreros
por nuestro santo Ejército,
por los Ángeles de Nova,
por las lágrimas en la frontera con Gaza,
por los niños del sur,
que sobrevivieron para contar
sobre lo que he cantado hoy.